miércoles, 21 de diciembre de 2011

El origen del vómito


A veces pareciera ser

que es imposible escribir algo

que no venga directamente de las entrañas

específicamente de mis entrañas.

No concibo vomitar si no me provocan el vómito

y por lo tanto más que erizarme

debería dar las gracias

a todas las putas

que me introducen

sus dedos sudorosos en la boca

para causarme un reflujo inevitable

donde se me revuelven las tripas,

y saco el estómago por completo

al igual que un sapo enfermo

como si no hubiera otra forma

de quitar la hinchazón de mi colon

a pesar de que me intoxique con píldoras

de todos colores y tamaños

o que me embriague en su conjunción

con un buen licor

de cual sea su precio.

Definitivamente pareciera ser

que mi doctrina no es más que un pensamiento

un sentimiento barato

que cualquiera podría comprar

pero que aún así nadie lo compra.