domingo, 11 de octubre de 2009

Mirando fotografias

Apareces con el ceño fruncido
como una ilusión óptica
como un espejismo en el delirio desértico de la fiebre,
con unos colores entre luz y sombra
como un fantasma escabuyéndose en el medio de la noche;
cómo desearía que estuvieras pegado a mi piel las 24 horas del año,
y que funcionaramos como un reptil y la arena,
unidos en una eterna relación cuasi erótica
entre abdomen y granitos
que se confunden con las escamas resecas
que se van cayendo a medida del camino,
y van formando parte de la tierra,
unos con los otros,
hasta confundirse en un solo abono
que aporta a la grandilocuencia de la naturaleza misma,
como si nuestro acto sexual fuera perfecto
entre la piel y la arena,
y las escamas y el sudor
y el cambio, la mutación,
la renovación, la muda,
que da paso a otra etapa mejor,
y cada vez mejor
y así y así
cada vez mejor
me alejo del concepto
con fines eróticos
el hedonismo es mi forma de vida
lo siento querido lector
pero este hombre
realmente
me gusta

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