mientras me abrazas y me besas
figura sin igual se proyecta en la puerta
tras el golpe,
es como una ilusión demoníaca
sentir que corres en otra dirección,
no se bien si te odio o te merezco
la importancia no tiene cabida
en este dormitorio desecho;
los cuervos vienen
a comerse mis entrañas,
pero se largan al descubrir
que están podridas
hirviendo en gusanos
de miseria y sangramiento.
Nefasto es mi pasar por este
recóndito lugar de la vida,
la inconciencia y la imperfección
llevan mi rostro como su estandarte
no veo nada
que no sea falso
oscuro
extremo
bipartito
dicotómico.
Mi risa se confunde con una lágrima
que cae dentro de un hueco oscuro
y abismante en mi rostro,
mis manos buscan
como un ciego a tientas
su cuerpo en la nada
en el vacío de la cama;
la panorámica no es la mejor
el sentimiento nauseabundo se apodera
de mis víseras
explotando cada vez
que la imaginación penetra.
La perfección es un valor continental
es justo que los peores
suframos de su antonimia,
la justicia en este lugar se vuelve enferma
su ceguera es impropia
refleja cada segundo
de angustia que pasa
por los milimetro de las mentes destrozadas.
Escribo,
por el contario de muchos,
para no comer,
para dispersar las neuronas,
para apretar el llanto,
para acallar los gritos,
para repetir incendios,
para no morir en el intento.
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